Es una regla de la vida: si provocamos a una criatura menos inteligente lo normal es que su reacción sea agresiva.
Si golpeamos la puerta de la jaula de un animal, lo más seguro es que este reacciones asumiendo una postura de defensa y contrataque; si le “movemos” el agua a un tiburón, lo más seguro es que éste acuda para investigar qué es lo que rompe la calma.
Pero ¿qué tal si el tiburón es más inteligente que uno?
Ese es el drama de la política internacional de Donald Trump. Los tiburones le salieron inteligentes.
En el primer capítulo del libro de texto para ser dictador dice: “Busca un enemigo foráneo que aterrorice al pueblo”.
Lo ha utilizado desde épocas de las cavernas cualquier tiranuelo con aspiraciones de poder y le ha funcionado. Nada aglutina mejor a una opinión dispersa y dividida como la existencia de un «enemigo común».
Nicolás Maduro (y Hugo Chávez, antes que él) llevaba años diciendo que los gringos capitalistas quieren interferir en Venezuela.
¿Qué hace Trump?
Amenaza con intervenir en Venezuela. Para Maduro es oxígeno puro y toda una oportunidad de erigir el dedo flamígero con dirección a Washington para decir un “se los dije” de nivel continental.
Muchas gracias señor Trump.
Ahora, el que está aprovechando la candidez de Trump es el Kim Jong-un -el tercero de la dinastía en tiranizar Corea del Norte- quien, cada vez que ladra, Trump le contesta raudo y veloz amenazando con furia y fuego.
Las amenazas del dictadorcete coreano se transforman en verdadero peligro a nivel mundial y Trump, en vez de llevar el diálogo a terrenos políticos y económicos, reacciona como si estuviera en un concurso de quién orina más lejos.
¡Está apagando el fuego con gasolina!
Por causa de la limitada visión y el escaso sentido común del mandatario estadounidense, Kim ha logrado atraer los reflectores y se ha transformado, ante los ojos de su [oprimido] pueblo, en un auténtico defensor de la libertad y la autonomía.
La idiotez de uno y la ambición de poder del otro están alterando la seguridad del mundo… las consecuencias podrían ser terribles.